Competencia profesional
Éticamente, es fundamental en una persona que hace ejercicio
de su profesión tener las competencias necesarias para el cargo o función que
desempeña. Un profesional no debe postularse ni asumir encargos o tareas para
las cuales no tenga ni el conocimiento, la experiencia o la debida preparación.
Un psicólogo, por ejemplo, no puede ejercer de abogado.
Manejo
responsable de la información
La
información a la que se tiene acceso en razón del cargo o la función que se
desempeña debe ser manejada con suma discreción por el profesional, bien ante
el personal de la empresa, bien frente a todos aquellos individuos externos a
esta. En ocasiones, hay información confidencial que puede afectar o dañar los
intereses de la propia empresa, por eso, un buen profesional será discreto y
actuará de acuerdo a las responsabilidades de su función.
Secreto profesional
La información que llega a manejar una
persona por razones del ejercicio de su profesión debe ser guardada con celo y
cautela, pues está amparada y protegida por la ley dentro de lo que se conoce
como secreto profesional. Ejemplo de ello lo constituyen los médicos,
psicólogos o abogados.
Respeto entre colegas
El respeto entre colegas es fundamental en el ejercicio
de cualquier profesión. Un buen profesional no debe desacreditar, insultar,
molestar o engañar a sus propios colegas o a otros profesionales. Al expresarse
sobre estos debe hacerlo con respeto y consideración.
La inclusión como práctica cotidiana
En el ejercicio de nuestra profesión
debemos tratar con todo tipo de personas (empleados, jefes, colegas,
inversores, clientes, etc.) de diferente origen étnico o social, de distintas
edades y grados de formación, con variadas creencias religiosas u opciones
personales. Debemos asegurarnos, por lo tanto, de que nuestras acciones y
decisiones de índole profesional no estén sujetas a ningún tipo de prejuicio de
este tipo (discriminación, segregación, exclusión, etc.) que pueda menoscabar
la dignidad humana de una persona.
Ética financiera
La información financiera de una empresa, negocio o transacción,
y su manejo responsable son primordiales en un profesional. El falseo de datos
financieros, tanto a la alta como a la baja, así como el uso de información
confidencial para obtener beneficios en el mercado son todas conductas penadas
que deben evitarse.
Comportamiento honesto
En el ejercicio de
nuestras funciones siempre tendremos acceso a información, contactos,
influencias o recursos. La utilización antiética de cualquiera de estos medios
pueden derivar en comportamientos corruptos o deshonestos, como el manejo de
dinero ajeno, la manipulación de personas, informaciones o datos, el robo y el
fraude, comportamientos, todos ellos, con graves consecuencias legales.
Responsabilidad social
Un profesional debe
rechazar cualquier tarea o prestación de servicios cuando tenga conocimiento de
que estos puedan ser empleados de manera perjudicial a los intereses de otras
personas, grupos, instituciones o comunidades. Es más, las operaciones de una
empresa pueden afectar negativamente la vida de una comunidad. En estos casos,
lo más conveniente es rechazar y, de ser posible, denunciar este tipo de
actividades.
Cuidado del medio ambiente
Toda actividad
económica, ya sea industrial o empresarial, tiene impacto en el medio ambiente
y en las comunidades: ruidos, emisiones de gases, consumo energético,
contaminación del agua, producción de desechos. Evitar a toda costa causar
daños medioambientales debe ser la única opción ética en toda actividad
profesional.
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